Parálisis urbanística en el Ayuntamiento de Madrid
El titular puede parecer duro, pero la realidad es que la gestión del Ayuntamiento de Madrid en materia de urbanismo está provocando una ralentización en el sector que puede tener nefastas consecuencias. Uno de los primeros efectos es el aumento del precio del suelo y, por tanto, del coste final de la vivienda. Le siguen las grandes operaciones urbanísticas de las que hablaré después.
Y esto no es una pataleta de consultor inmobiliario, me baso en realidades que expongo. ¿Qué está pasando con el suelo en Madrid? El suelo finalista para construir obra nueva se está terminando, queda poco en el mercado. El problema viene con el suelo en gestión. ¿Quién va a invertir en un suelo en desarrollo con la inseguridad jurídica que se está generando?
¿Esto qué supone? Que, si ahora no se trabaja con ese suelo para convertirlo en finalista, dentro de poco no habría terreno para construir vivienda nueva y eso sí que genera especulación. A esto se une que los que ahora tienen terreno finalista en venta se aprovechen de esta coyuntura y tiren del mercado al alza. Nadie quiere perder una oportunidad tras años de crisis. Esto ha provocado que el precio del suelo urbano se haya encarecido considerablemente en los últimos meses.
¿Falta o sobra vivienda nueva? No son solo percepciones o datos interesados, Sociedad de Tasación ha elaborado recientemente un informe sobre el censo de vivienda nueva en Madrid capital y, en la actualidad, apenas supera las 2.000 unidades, buena parte sobre plano, que estarán en el mercado dentro de unos dos años. Una cifra bastante escasa para la demanda de Madrid ciudad, que lleva años esperando el final de la crisis y ahora sale al mercado.
Y en este contexto de incremento de la demanda, curiosamente hay muchos inversores, promotores…interesados en la entrada en suelo en gestión. ¿Cuál es el problema? ¿por qué no quieren entrar? Inseguridad jurídica a todas luces. Nadie se fía de las decisiones que tomen los responsables de urbanismo en el Ayuntamiento capitalino. Existe un gran temor a que se cambien las reglas de juego en la mitad del partido.
Y es que ese temor está basado en hechos. Los ejemplos se suceden. Los cooperativistas de las cocheras del metro en Cuatro Caminos están en vilo. El Consistorio madrileño puede tirar por tierra todas sus expectativas con las últimas decisiones . Un terreno al que accedieron mediante subasta con las condiciones del anterior equipo de Gobierno y que el nuevo considera que deben ser “matizadas”. Los perjudicados son los cooperativistas que han depositado una parte del importe para comprar el suelo y ahora no saben cuántas viviendas se podrán construir, si las podrán construir y a qué precio.
Por otro lado, los cooperativistas del solar de Raimundo Fernández Villaverde anunciaban hace unas semanas medidas legales contra el Ayuntamiento de Madrid. Muchos han metido su dinero y ahora no saben qué hacer, como ponían de manifiesto en un artículo de Elena Sanz en El Confidencial. Y más ejemplos, en Arroyo Fresno, un PAU al norte de Madrid, hay una serie de promociones de VPO que llevan casi un año paralizadas a la espera de la decisión del Ayuntamiento. Éstas son solo algunas de las que afectan directamente al bolsillo de mucha gente.
En el aire.- Pero vayamos con otros proyectos como Plaza de España, Operación Chamartín, Campamento…. Las operaciones de Campamento y Chamartín, por ejemplo, suponían una inversión de unos 9.000 millones de euros en los próximos 20 años, de los que 6.000 se los llevaría el norte de Madrid. La actual regidora del consistorio madrileña y su equipo consideran que son “operaciones de pura especulación” y prueba de ello es el nuevo planteamiento del Distrito Castellana Norte que nace abocada al fracaso porque la iniciativa privada no puede entrar con las condiciones propuestas. Una vuelta al pasado que se explica perfectamente en el blog Entorno Habitable de Ignacio Ortiz en elmundo.es. Y un problema: ni se prolonga la Castellana, ni se cura la herida ferroviaria como bien destaca José Luis Ruiz Bartolomé en su tribuna de Expansión.
Existe una clara obsesión por creer que el mercado inmobiliario es solo especulación. La realidad es que supone alrededor del 10% del PIB español y genera muchos empleos. Pero de eso nadie se acuerda. Es más fácil criminalizar al sector.
Y aquí va otra pregunta: Puede suponer esto que se paralicen todas las inversiones previstas y, es más, que la Comunidad de Madrid, una de la más prósperas y con más interés por parte de los inversores, pierda ese interés y, por ende, tengamos un retroceso económico.
Llegados a este punto alguien podría decir: “no le gusta el “color” del nuevo Gobierno en el consistorio madrileño”. Simplemente apelo a la seguridad jurídica y a que se eviten los bandazos.
En cualquier país debería darse una máxima, bueno dos. Los gobiernos, sean de la índole que sean, deberían gobernar con justicia e igualdad y a la vez proporcionar seguridad jurídica en todas las actuaciones que se aprueben. No sirve de nada que durante cuatro años se den facilidades a los inversores y a los cuatro años siguientes, se le pongan trabas. Dicho esto, también sería importante que las decisiones relevantes se tomasen por consenso y no por amiguismo, y en este punto el sector inmobiliario tiene mucho que analizar. Así, los proyectos tendrían validez y nadie tendría la tentación de cambiarlos.
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